viernes, 22 de noviembre de 2013

La sonrisa de Carlsen




Carlsen es un jugador noruego que, en ciertas ocasiones, sonríe. Generalmente ante una movida errática de su rival o tal vez para eludir los evidentes nervios que un match por el título de campeón del mundo provocan.

En este caso la sonrisa llegó luego de que su rival indio Anand, actual campeón del mundo por solo un par de minutos mas, moviera su rey nuevamente a la casilla g8 para provocar tablas por repetición, ofreciéndole el medio punto que el noruego necesita para estirar su diferencia a 3 puntos cuando a este match por el título le quedan dos partidas. Pero la oferta no convence al europeo que, ante la mirada de toda la ciudad natal de su rival (antes Madras, ahora Chennai) va por la victoria. Quiere ganar porque sabe que puede, porque en este match no conoció la derrota, porque está a punto de ser el campeón mas joven de la historia detrás de Kasparov, porque sabe que ya es campeón.

Mientras tanto el gran Anand, que hace varios días que no sonríe, ve caer su reinado tras 6 años de ganarle a todos. Y tal vez la caída no duela tanto. No solo porque dobla en edad a su rival de hoy, ni tampoco porque sus compatriotas son testigos de la caída en su casa, sino porque sabe que esta perdiendo ante el mejor. Tal vez por eso resigne la idea de una victoria en este match point y le ofrezca de modo elegante a su retardor la chance de terminar esto de una buena vez. Pero, tal cual afirmamos, el retador tiene otros planes.

Antes de ganar el derecho de retar al campeón actual a través del torneo de candidatos prácticamente  por milagro  (igualó a Kramnik en el primer puesto,  pero lo superó  en cantidad de victorias según  el criterio de desempate) Carlsen ya era una figura de importancia en el mundo ajedrecistico mundial. Consiguió su título de gran maestro a los 13 años y 6 años después se aferró al primer puesto del ranking de la FIDE iniciando una colección de récords que asombra: fue el gran maestro más joven al momento de obtener el título y tiene en su haber el ranking de ELO (puntaje sobre el cual se determina ranking) más alto de la historia  superando en 21 puntos al obtenido por Kasparov. 

Del otro lado del tablero se encuentra un rey que acaricia su ocaso. Anand sabe de estos trotes,  defendió su corona sorteando 3 formatos de torneo distintos, pero en este match se cruzó con una máquina que lo supera.  Tal vez por eso renuncie a la idea de la victoria  que obligue dos juegos más y tal vez por eso no lo angustia tanto caer en la tierra que lo vió nacer y dar sus primeros pasos en el tablero.  Anand sabe que cae contra el mejor. 

Carlsen ve a su rival entregado,  rechaza la oferta de tablas y quiere ganar, perdona un grave error de su rival,  le devuelve la gentileza un par de jugadas más tarde y luego, tras más de 4 horas de partida logra el ansiado medio punto que tuvo a su disposición 4 horas antes, se proclama campeón devolviendo la corona a Europa y decreta el comienzo de una prometedora hegemonía. 

El Mozart del ajedrez evidentemente tiene motivos de sobra para sonreír. 



Guille 

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