"Vas por la calle llorando lágrimas de oro..."
Comienza como un torrente. Un vomito de angustia al presente que parece el epílogo de la tristeza, de esa crisis, de tu crisis. Pero no, el llanto no es otra cosa que el principio, por ende es desde este momento, y no otro, donde tengo que contarte que es lo que puede pasarte, que es lo que te pasa.
Obviamente no cuento con otra arma mas que mi imaginación para inferir esta porción de tu vida que te hace llorar.
Un segundo antes que la primer lágrima salga recordaste ese acontecimiento que vos saber usar como herramienta para que sea la gota que derrame el vaso y a su vez, la que le abra la puerta al restante millón de gotas. Sabés llorar, no te digo que tenés un master en la materia pero claramente poseés un virtuoso entrenamiento. Por eso es que ese, el último recuerdo es el que siempre te salva cuando necesitas gritarle en silencio al mundo que lo querés asesinar a golpes, que la realidad te está estafando y no entendés por que.
Se va la primera lágrima de la noche y aparecen otras, pero en realidad no. Es la misma lágrima multiplicada, la misma angustia líquida. Es la ctistalización de esa caricia que te falta (o que te sobra)
Porque sabés que hay cuerpos que hacen fila para tener el tuyo, pero también sabés que no te alcanzan, que tarde o temprano se quedan en el camino.
Son los recuerdos que no están,.las bodas anuladas, los pactos incumplidos. Son las palabras que no podés decirle, porque no sabés, porque preferís ahogarte en esas lágrimas. Es en este momento en el cual te acomodas al dolor de un modo tan placentero que asusta.
La lágrima continúa, su recorrido conlleva los pasados en los que sonreías y los presentes que son como piedras en el zapato. Pero lentamente cede. Hay una calma, no sabes si es la antesala de un temporal o la calma real.
La lágrima se muere ante el recuerdo de una sonrisa, sea la que sea. Una sonrisa te dice basta, y de a poco comenzas a ver con buenos ojos (que ya no lloran)la idea de hacerle caso.
El fin de la lágrima es la culminación de la crisis, encontrarle la vuelta a este lío y, si es necesario mandar a la mierda también a los únicos héroes, los canallas, los agentes de la estafa.
El fin de la lágrima es decirle a todos que griten lo que quieran, que te importa un carajo, que vos sabes llorar, claro está, pero también sabes reír. Esa risa que hechiza hasta al mas concentrado de los escépticos y se rie incluso de si misma. Vos lo sabés.
Y sabés además, que esa risa hace llorar a las penas,los dolores, las injusticias y a todas, pero todas las lágrimas juntas del mundo.
Guille