lunes, 9 de abril de 2012

Geometría de los Sentidos







"Tus ojos son mi ventana"

No se conformó. Decidió sin mas preámbulos entregarle mas de la mitad de sus pensamientos. Claro que no fue una tarea sencilla, sino el desenlace de una serie de circunstancias que cristalizaron esa conclusión.

Todo comenzó en una mañana de un mes cualquiera, digamos, por ejemplo, marzo. Vale aclarar en este punto, que el narrador tiene la verdad poética de su lado y, por lo tanto, la impunidad de la mentira no es otra cosa que una herramienta mas. Sigamos.

El se despertó aturdido, la rutina lo golpeaba con todos los decíbeles que encontró en el camino. En ese momento comprendió que el sonido se diferencia del ruido, del mismo modo que oír marca su especificidad con respecto a escuchar. El primero es simplemente el acto emanado del sentido, el segundo es el acto emanado del sentido con el valor agregado de la conciencia. Todos oímos ( incluso los animales ) pocos escuchan. Los sonidos se escuchan. Sigamos.

Intentó escaparse ( o enfrentarse) a esa tormenta de ruido con el paraguas de su imaginación. Atención, no es la única vez que utilizaremos el termino imaginación como tampoco es la única vez en la que emplearemos metáforas obvias como la del paraguas, sepan disculpar, el ruido atormenta incluso estas lineas. Sigamos.

Se escapó a medias, y en el camino contempló su recuerdo. Primero la vió tan llena de ella, tan bella como la última vez, vió sus ojos, su piel, su pelo. Su totalidad anatómica tan presente e impactante. Luego comprendió que a esa colección de características físicas le faltaba lo mejor, su escencia. Entonces comprendió que no bastaba solo con verla en su recuerdo, también era absolutamente necesario mirarla, aprender a mirarla. Y así fue, miró su poesía acumulada, sus ojos como ventana, sus imágenes imaginadas, su futuro tan suburbano, la construcción de su sonrisa, su sonrisa como bandera, su alma nómade y un etcétera extremadamente sincero, porque fue tanto lo que primero vió y después miró que no le alcanzaban las palabras para enumerarlo. Sigamos

No se le ocurrió nada mejor que hablar (le hubiera encantado gritar, pero ya hay demasiado ruido en este mundo). Utilizando la dicotomía explicada con anterioridad, podemos afirmar que no le habló a quien quiera oír sino a quien quiera escuchar, habló palabras desarticuladas, trabadas, obstaculizadas por el ruido mismo de letras sin nada atrás. Entonces comprendió que, a esta altura del partido era necesario decir, decirnos todo. Decir, entonces, es el conjunto de letras habladas con el plus de los sentidos, los sentimientos, la escencia que nos define y todo eso cristalizado en la construcción de lo que somos. Dijo, a la nada misma, un preámbulo de deseos, brindis y esperanzas, un manifiesto de la locura mas hermosa de todas. Dijo que la extrañaba, y en esa frase dicha, (insisto no hablada) estaba el. Sigamos

Al final, comprendió que esta serie de dicotomías se encuentra presente en nuestro vivir cotidiano, desde la fría rutina hasta los recreos tan cortos, pero tan merecidos de nuestros días. También comprendió que, si la conciencia es el valor agregado que da como resultado un nuevo sentido que supera al anterior, también en ella, la conciencia, está la trampa mas interesante. Pensar no es nada si en ese pensamiento no hay aunque sea una pequeño trozo de imaginación.

Imaginar es pensar hacia adentro para realizar hacia afuera.

Por eso, el se retira imaginando, con la imaginación como escencia principal, como la herramienta mas fuerte del currículum de su vida. Por eso le entrega mas de la mitad de sus pensamientos, por eso imagina. 
Y la imagina, porque tiene experiencia en la materia, y porque es la forma mas bella que encontró para sentirla a través de sus ya renovados sentidos.

Guille